Estamos tejiendo ventanas de placer
Abiertas o cerradas pero siempre se quedan allí
Segundo a segundo contempló la oportunidad
Y la dejo ir como el viento cuando acaricia los latidos
Se quedan quietas las veredas vacías vacilantes
Aún puedo recordar los lejanos tiempos
Y uno que otro acontecimiento que nos ponía justo allí
Entre la vida y la muerte
Un limbo sin horizonte, sin límite
Solo existimos en un punto equidistante entre el espacio
Y perdimos una y otra vez con los gemidos y agetreos
Parabamos solo al chocar con planetas o galaxias
¿Será acaso que los viajes eran tan fuertes como la llaga?
Pero reconozco la distancia entre 2 puntos
Jamás olvidaré lo mucho que nos distinguimos.
Sa. J. Jalley