RICARDO V

Sólo se oye el silencio

Voy consumiendo mi aliento

al ritmo que el reloj va desgranando sus horas.

Me voy hundiendo en la sombra

que cubre el mundo donde desaparece el tiempo.

Allí donde yo canto, sólo se oye el silencio.

 

Me voy haciendo pequeño

a razón del desarrollo de mi expiración

y crece mi desazón

cuando la luz de guía me arrastra a los infiernos.

Allí donde yo canto, sólo se oye el silencio.

 

Mi voz es voz de lamento

al amparo de los espectros desanimados

que conquistan, miedo en mano,

la vida de aquellos que sólo viven desvelos.

Allí donde yo canto, sólo se oye el silencio.

 

Tengo heridas en mi cuerpo

que sangran el dolor venido de una tormenta

y mi pesar se acrecienta

conforme vencen al sol las nubes en mi cielo.

Allí donde yo canto, sólo se oye el silencio.

 

Por siempre viví dispuesto

a tus designios, tus venturas y tu existencia,

más todo era una apariencia

tan hermosa como la canción del desespero.

Allí donde yo canto, sólo se oye el silencio.