Siempre lo quise, y lo supe siempre …
Que las lágrimas matizadas de sonrisas
eran fugaces hontanares
que nutrían las tristezas de la noche
y que en su intensa mirada
serían frescura del soñar del alba,
y que sólo escuchar la gracia de mi nombre
saliendo en susurros de sus labios
haría de las sonrisas, gestos puros.
Todo lo hice sueños y busqué esos sueños
sabiendo que ellos romperían piedra y hielos
saltarían barrancos y embravecidos ríos.
Que seguirían a la alondra y al zorzal
que saben de amar…
Y como hiedra me adherí a ellos
para que fueran la paz definitiva.