MUERO LENTAMENTE
En mí han muerto tantas cosas que no volverán jamás. Murió lo poco que recuerdo y más muertas están aquellas cosas que hace tiempo olvidé.
Mueren sueños y sentimientos por causa de decepciones y angustias. Desaparece aquel niño ingenuo que soñaba con ser grande.
Mueren los lazos que tuve con quienes pensé eran mis amigos.
Muere la ilusión de una vida llena de aventuras y placeres; y ahora solo percibo la monotonía de una vida común y corriente.
Muere la inocencia de la juventud ardiente y romántica, y prevalece en su lugar el pesimismo y la angustia de la vida adulta.
Se apaga la llama del deseo de saber y me invade sin avisar la curiosidad maldita.
¡Y así se nos va la vida! Sufriendo emociones que en nosotros mueren y que, sin querer, confundimos con enfermedades incurables.
Qué tristeza, Es llegar a saberse uno ya muerto por dentro, mas no aún enterrado.