El poder del Demonio es fecundo,
no digo nada en ello sacrilego,
se palpa en frecuencia y misterio,
se nota en dialéctica y abolengo.
La envidia, el pecado, es rutinario,
es producto de la sociedad y su sino,
la enjundia, la mentira es valioso,
mucha gente la valora como destino.
Estar endemoniado para mí no es excusa,
aunque estén dominados por una fuerza oscura,
aunque les encante destrozar la valentía,
aunque aprovechen cualquier derrota nimia.
El poder del Demonio es etéreo,
sutil, dialéctico, maniqueo y cierto,
como lo que siento con mi aspaviento,
está meridiano, es creciente y eterno.🤔