Para María del Rosario Aguirre Durán
Ella besa mi boca
con el ardor que provoca
el olor de la guayaba
en el espacio carnal donde descarga
los impulsos eléctricos
que excitan mi ombligo.
Ella llena mi mente
con el olor a lluvia de su orgasmo
y lanza mi deseo al viento
como una pluma que cortó de mi cuerpo.