Para ver
con claridad
los gnomos de las culpas
mira la ciudad
de noche
desnudo bajo la lluvia
con las luces de los ojos
apagadas.
Mientras el alma
se moja
y ablanda sus calvarios
espéralos salir
irreverentes
de los brillosos matices
del color negro
y luego
deja a las hormigas
el trabajo:
que ellas concilien
la danza de la lluvia
de la lluvia que lo borra todo.