Tú, esencia apasionada, un día de sol.
Soy un pastor despertando
tus pasiones más primitivas,
haciendo fluir en tus venas, mi
piel sedosa.
Eres coqueta, mariposa;
arden mis pensamientos
en un recodo de la playa,
como hojas hambrientas,
perturbando mi descanso.
Eres corola reducida
azahar impenetrable
curando mis heridas,
mis pulmones se expanden.
Tus olores de belleza, en el valle
de tu amor, expresando poesía viva,
son una rosa sin espinas.
Eres fulgor, inundando de estrellas
mis noches estrelladas,
una cascada en la pradera
que entra en mi cuarto.
Una espuma en la farola
de la esquina, con ternura
hasta en la bombilla.
Levito con tu viento,
soy roca, lloro de verte
disfrutar en contacto
conmigo, naturaleza muerta,
tan viva y eléctrica.
Tú, ardes de emoción.
me endulzas el corazón con pasión,
envenenas mis venas de amor;
Siento tus pupilas dilatadas
cuando penetro en tu interior.
Desvistamos nuestro candor
nuestra esencia, corazón.
Soy tu deseo, ávida de tenerme
de acariciarme como te acaricia el sol;
amarme sin finuras, a lo loco.
Quiero una noche de luna risueña
una explosión de tu aura
alcoholizada de mi, de mi furor.
Un cauce de bondad en el mar de la felicidad,
un encanto en una selva de lujuria,
un despertar corriendo, un correr despierto,
soñar con raíces en la estela de tu sed.
Morir de sed, de tu aliento,
de tu temblor.
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