La otoñal brisa
corría sin prisa
igual que Eloísa
sumisa a la misa.
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La niña evoca pecados
de trastornos ya ahogados,
pretéritos olvidos de vicios
sin perdones cardenalicios.
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¿Para qué el Otoño?
sin fuerza de retoño…
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¿ Para qué las indulgencias?
…qué vendrán nuevas clemencias!