Para V.V.V.
Quizas haya sido una casualidad el conocerte,
Más prefiero pensar que fue una decisión del destino,
Te convertiste en la parte más importante de mi vida,
Inventamos charlas sobre banalidades que antes no comprendía,
Pero aprendí a amarlas con cada una de tus palabras,
Con cada una de tus sonrisas disimuladas,
y con tu hermosa manera de mirarme;
Y entendí entónces, que el conocerte fue tiempo del destino.
Nunca antes había comprendido,
Como era posible el sentir placer, al tocar la piel de una persona,
Pero contigo aprendí a hacer la diferencia,
Entre la piel de alguién simple,
Y la tuya hecha con pétalos de rosas;
A tu lado aprendí, a no andar más solo por el mundo infinito,
Y dependí de ti como si fueras mis horas y mi oxigeno,
Y de pronto también, como mi cómplice del delito,
De aquel delito de amarte sobre un sabana,
O al verte andar en medio de la plaza;
Aprendí a tenerle miedo a la soledad,
Y a la oscuridad que en silencio dormitan,
Y a refugiarme entre tu delicado abrazo,
Y el latir de tu amante pecho;
Y fue entónces que comprendí,
Que el refugio de tu Amor amante,
Era el tiempo perfecto para enamorarme,
Para sentir tu Amor,
Entre tus miradas y tus dulces palabras,
Mientras susurras en silencio, el cuanto me amas.
A veces me pregunto la razón por la cual te Amo tanto,
Y del por que sonrío a cada momento en el que te pienso,
A veces acaricio las flores de un jardín que no me pertenece,
Y cierro los ojos cuando un aroma sutil me atraviesa el Alma,
Y es porque me recuerdan la tersura y la manera en como huelen tus cabellos,
Tu piel, y lo dulce de tu aliento,
A veces te veo en cada amanecer,
Y en cada canto de ruiseñor enamorado,
En cada susurro de fresca brisa,
Y en cada gota de rocío,
Y es porque el Amor se dió en tres tiempos,
El tuyo, el mío, y el de este... nuestro Amor Perfecto.