Lissi

AVENTURERO BAÑADOR (RELATO)

AVENTURERO BAÑADOR (Relato)

Por los años sesenta mamá llegó a casa con un regalo adquirido en la capital; estando de visita con sus primas encontró un precioso y diminuto traje de baño.  Quedó prendada de aquella pieza, le recordaba el colorido de las flores silvestres que se observaban allá en el campo.  Este obsequio era para su hija mayor.

 

Aunque la niña aún era muy pequeña, el bañador estaba listo para su primera aventura en el mar.  Llegó tan ansiado día, mamá quería ver a su niña modelando aquel traje primaveral y a la playa de Santo Tomás en el Atlántico fueron a disfrutar junto a la familia de papá que vivía en el cálido y lluvioso Izabal.

 

La niña crecía y parecía que aquel bañador se estiraba también y fue usado… y usado muchas veces, hasta palidecer…pero las aventuras acuáticas de la niña siempre acompañaba cuando llegaban las vacaciones escolares, o bien al final de la cosecha del cultivo de tomate que papá sembraba para la fábrica de salsas allá en la capital.

 

Cerca de los siete años, la niña se despidió de aquel traje de baño que participó de sus juegos entre las espumosas olas y blanca arena, donde junto a sus hermanos y primos saborearon ese mar que prodigaba alimento y diversión-lazos de amor se afianzaban cada vez que en familia se compartía esos momentos de sol y armonía-.

 

Pero el bañador  no acabó su existencia, se guardó en un rojo baúl durante veintisiete años, cuando una segunda generación de niñas lo encontró, pero como estaba tan deteriorado…ya no pudo ir a la playa…se quedó a jugar con la nueva niña en casa de los abuelos.  Cuando apremiaba el calor, salían a mojarse a chorros con la manguera del jardín.  Esta vez, el traje ya no pudo estirarse más para crecer junto a ella.  Tristemente fue guardado en una cajita de recuerdos junto a cartas, medallas y colección de monedas, hasta que hoy alegremente vuelve a la vida a través de estas letras para decir mira que bien me usaste; ¡quizás…haya una tercera generación..!!!

 

©Mirna Lissett, octubre 2010