No dejes que desgranen las resacas
el canto, con la triste melodía,
de océanos que vienen cada día,
con restos de naufragios y carracas.
Cansado de escuchar tantas maracas,
de, incluso, soportar esa agonía,
que deja con su grave letanía,
la impronta de marismas y cloacas.
La música, sin nombre, del pasado,
que entonan las corales de las fraguas
en forma de recuerdos y latidos.
Yo quiero reposar en tu costado,
sintiendo las caricias de las aguas
cerrando bien, mis ojos ya dormidos.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/24