Dibujé sobre el aire
el color de tus ojos
Y en tus brazos dormía
silenciosa la magia
Pero el tiempo transcurre
y eres sólo una imagen
sin contorno ni rostro
que acompaña mis noches
Cuánta sangre se quema
vanamente en las venas
Cuánta inútil ternura
se arrodilla en los dedo