Patricia Aznar Laffont

Ser Nadie, un Ninguno.

Más Allá de las Porfiadas Raíces

de un Profundo e Imaginario

Cedro,

Abstraída, Distante,

Masacrada en Pedazos

y Herida por Hirientes Vidrios,

Engolada en Mil Pecados

sin Perdones,

Insolada por el Insufrible

Sol 

que en este Estío,

Jamás se Apaga...

 

Siento el Repicar de Alegóricos Resplandores

de Invulnerables Escenas

que Tampoco He Vivido...

 

¿Cómo Explicarte, Poeta?

Que Deseo ser Un Nadie,

Un Ninguno...

 

En el Orbe, que Complejo

he Vivido y Aprendido,

Sé que No se Vive

entre Irónicas Palmas de Victoria...

 

Y el Ser la Nada Misma

es el Misterio, 

que Nunca he Encontrado,

Para ser el Cero de la Humanidad,

Toda.

 

Aplacar la Brasa Antigua

que me Quema sin Sentido,

entre Torvos Sentimientos,

Entre los Abismos

y Fronteras Encallados en mi Alma.

 

 

Ser la Forastera

de los Lejanos Astros,

Y Vagar entre Imprecisas,

Angélicas y Diabólicas

Imágenes.

 

Pasar las Horas 

Y llegar al Confín de una Jornada

Y Soñar

los Puros o Abyectos Sueños

de los Otros...

 

(Patricia)