Más Allá de las Porfiadas Raíces
de un Profundo e Imaginario
Cedro,
Abstraída, Distante,
Masacrada en Pedazos
y Herida por Hirientes Vidrios,
Engolada en Mil Pecados
sin Perdones,
Insolada por el Insufrible
Sol
que en este Estío,
Jamás se Apaga...
Siento el Repicar de Alegóricos Resplandores
de Invulnerables Escenas
que Tampoco He Vivido...
¿Cómo Explicarte, Poeta?
Que Deseo ser Un Nadie,
Un Ninguno...
En el Orbe, que Complejo
he Vivido y Aprendido,
Sé que No se Vive
entre Irónicas Palmas de Victoria...
Y el Ser la Nada Misma
es el Misterio,
que Nunca he Encontrado,
Para ser el Cero de la Humanidad,
Toda.
Aplacar la Brasa Antigua
que me Quema sin Sentido,
entre Torvos Sentimientos,
Entre los Abismos
y Fronteras Encallados en mi Alma.
Ser la Forastera
de los Lejanos Astros,
Y Vagar entre Imprecisas,
Angélicas y Diabólicas
Imágenes.
Pasar las Horas
Y llegar al Confín de una Jornada
Y Soñar
los Puros o Abyectos Sueños
de los Otros...
(Patricia)