Amelia Suârez Oquendo

EN TU AUSENCIA

El alma adormecida repleta de añoranzas que son huellas eternas que ni el tiempo las borra  y mi entristecida existencia pensando en tus caricias sin que pueda tocarlas.

Caricias que son hoy testigos silenciosos que cargan con el peso de un amor que llegó de improviso y enraizó en nosotros para siempre con deseos infinitos.

Aún tengo mucha fuerza para seguirte amando después de tantos años transcurridos sin apenas dormir porque sin ti mi corazón siente que muere lentamente de frío y no puede calentarse cosa que a duras penas resistir ha podido.

La soledad me tiene atrapada.

Las noches las convierte en largas  y a pesar de mi esfuerzo mi mente se rebela y no me deja dormir casi nada.

Cada noche convertida en falaz pesadilla hace que mis ojos miren al cielo buscando en el brillo de las estrellas una salida para la nostalgia de mi alma y su perenne desconsuelo.

Entonces apareció la luna con su resplandor pálido pregonando sin voces que no será mi amparo porque no existe compromiso con una noche tan negra.

Y trémulo mi cuerpo pierde sus voluptuosos deseos

y el pasado se vuelve sumiso para rogarle de rodillas a la vida que perdone

al destino que separarnos quiso…

y al final lo logró.

 

Amelia Suárez Oquendo

24/02/2024