En la vastedad del día se encuentran,
donde la risa pura es su bandera,
niños que en la inocencia gobiernan,
con la mirada llena de primavera.
Corren libres por prados de sueños,
sus risas como música en el aire,
juguetean con rayos y destellos,
en su mundo sin sombras ni pesares.
Como hojas al viento, van danzando,
explorando el universo sin temor,
con sus ojos grandes y brillando,
descubren la magia en cada rincón.
Niños, seres de luz y de magia,
con el corazón puro y sin edad,
en su mundo de juegos y fantasía,
nos enseñan qué es la felicidad.