Un día lejano yo soñé habitarte, habitar a tu abrigo sin permiso, Morar bajo la sombra de tu árbol, disfrutar de las mieles de tus frutos, escuchar, siempre, el canto de las aves, que habitan en el verde de tus frondas, respirar el liviano aire que exhalan tus verdes hojas, árbol rey del bosque...Átame a tu tronco con tus lianas, regálame la savia de tu cuerpo y los suaves aromas que destilan tus células sagradas desde el río del tiempo... dame del manantial que vas tomando bajo la tierra, con los Fuertes garfios de tus raíces, que la traen de lejos, desde los manantiales de la lluvia para libar las mieles que destilan tus frutos y urdir esos suaves perfumes de tus hojas, mientras el cosmos de constelaciones viajan por tu xilema subiendo hacia tu copa... hacia el cielo... Tiernos los pajarillos ríen con la carne vegetal de tus frutos y sus padres te rinden mil tributos, árbol amigo, sustentador de la vida...