Ella recordaba sus conversaciones en medio de un río, mojada su carita y alucinante.
Imaginando su excelsa silueta
de proporciones simétricas,
y cada vez, con cada palabra fluía una fresca brisa
de densas nubes, poros abriertos, corazón latiendo vehemente y su cuerpo como olas gigantes que vienen y van en el bravo océano.
Su cuerpo tambaleante, jadeaba,
en medio de la humedad de su ausencia, acariciaba carita una y otra vez en el borde de sus lágrimas de cristal.