Hoy tuve una plática amena contigo,
te conté lo que mi corazón sentía y también lo que le dolía,
me veías y bajabas tu rostro en aquel momento;
dentro de ello,
quería escucharte,
deseaba conocer lo que mi ser te hacía sentir.
Tan solo imaginaba estar frente a ti,
y hablar tantas cosas, que sé que tú y yo sentimos.