¡Qué bello es dejarse llevar!
Las palabras brotan
como si tuvieran vida propia.
Yo digo, por ejemplo:
\"Fiebre de cálidos huracanes\",
como si fuese el título de algo
y ella me contesta:
\"Cálidos huracanes abriéndose y cerrándose
a los melodiosos murmullos del amor,
torbellinos de luz
que se desprenden de la piel del tiempo,
se abrazan sin compasión a nuestros cuerpos
y, entre aullidos,
nos arrastran hacia un vacío inexplicable.
Caemos en él como para morir, y eso es el amor.\"