Ándate que yo no te puedo
detener, si ya no me amas o no
sientes nada por mí, será inútil
tenerte en mi humilde hogar.
Tú lo sabías, que no era un hombre
de fortuna. Una casita y que
trabajaba en el mar. Si no te gusta
mi pobreza, adelante te puedes
ir; fué hermoso los días que pasé
contigo, buena suerte y que le
vaya bonito se lo digo de
corazón.