RICARDO V

El bosque del olvido

Se oyen ecos de suspiros

en el bosque del olvido.

Es el bosque del castigo

para el que siente dolor.

 

Son de las almas perdidas

que en procesión infinita

arrastran con sus desdichas

sin ninguna dirección.

 

Yo no acudí voluntario

a sufrir este calvario,

más si el bosque me ha atrapado

rezo por mi salvación.

 

Es angustioso destino,

es callado y sibilino,

apareció sin aviso

y me alcanzó su opresión.

 

No existen puertas de huida,

no hay ayudas permitidas

porque la única salida

 la poseo en mi interior.

 

El sentirme prisionero

es parte del sentimiento,

el bosque no es carcelero,

el carcelero soy yo.

 

Cuando la pena te asalte

no permitas que se adueñe

de todo aquello que lleve

a secarte la razón.

 

Esa es la vida que espera

al ánima prisionera

que perdiendo la cabeza

también pierde el corazón.