No bastaba con mirar
la belleza de aquel día,
no bastó, con contemplar
y a medida que se iba,
no bastó con lamentar.
No se pudo remediar
que la noche lo alcanzara,
y la luz que lo alumbraba
no bastó para alumbrar,
fue la noche quién ganaba.
Y al llegar la oscuridad
no bastó, la luna clara
para poderlo olvidar
ese día, y su belleza
tenían caducidad.
Y ahora la noche daba
a otro día, la oportunidad
que su belleza mostrara,
no bastó, la noche clara
otro día nacerá....