Florecen en mis venas, de amor fragantes lirios,
que llevan el aroma de un sueño perfumado
que trae los enigmas del misterioso arcano;
bordados con estelas de celestiales brillos.
Enebro mis anhelos con versos cervantinos
que llevan en sus rimas, los trinos de un canario
que exaltan del ensueño celeste y dulce canto,
repleto de armonía con melodioso ritmo.
Igual que los poemas, de Nervo o de Ángel Buesa,
poseen mis palabras, del corazón la miel;
y portan mis caricias las mágicas esencias
que traen de ilusiones la plácida embriaguez;
que deja en nuestras almas aquel divino néctar
que brinda de ternura magnífico bouquet.