En la profundidad de mi ser,
nace la antividad de un amor sincero,
un sentimiento puro y verdadero,
que late fuerte y no quiere perecer.
Como una llama ardiente que no se apaga,
quema en mi pecho con intensidad,
una pasión que nunca se desvanece,
un lazo eterno que nunca se desgarra.
Antividad de un amor tan profundo,
que brota como un manantial,
llenando mi alma de ternura y paz,
acariciando mi ser en lo más hondo.
En cada latido, en cada suspiro,
resuena el eco de este amor eterno,
que me llena de luz y de anhelo,
y me hace sentir vivo y bendecido.
“Serl “