Quiero que seas ternura,
quiero beber de tu boca
y que enarbolado en roca
me hagas perder la cordura.
Quiero vivir la aventura
que me cantes al oído;
y que pierdas el sentido
con besos apasionados,
y quedar extenuados
con el tiempo detenido.
Dime al oído, ¡te quiero!
dime que me necesitas,
no deshojes margaritas
que te quiero marrullero.
Yo te quiero jardinero
para custodiar mis flores;
y que apagues los calores
de este loco palpitar,
haciéndome despertar
con sonidos de tambores.
Tú eres anclaje en mi puerto,
eres rompiente en mi orilla,
capitán de mi escotilla
y oasis en mi desierto.
Llámame si estás despierto
y acudiré a tu llamada;
que quiero ser arrullada
con tu voz de terciopelo
y en versos de caramelo,
seré tu musa encantada.