A la calle
Cuando pueda salir a la calle
echaré de menos algún detalle,
me cruzaré con ese conocido
que casi lo tenía en olvido,
preguntaré por su salud
y veré que en su actitud
hay un viso de pena y tristeza,
con movimiento lento de cabeza
responderá con ojos llorosos
y gestos un poco ansiosos
que se quedó solo en el mundo,
siente un dolor profundo
por culpa de la pandemia
¡maldita sea la epidemia!
No sabré que pueda contestar
a tan grandísimo malestar,
ni darnos fuertes abrazos,
se nos caerá el Alma a pedazos.
Esperamos con impaciencia
cumplir esta gran penitencia.
Antonio Reina Moreno 30/04/2020