A veces no dejo de pensar en ti,
en llegar y prenderme a tus labios,
descubrirte desnuda, confiada,
llena de historias de café,
cerveza o vino tinto.
Y pienso en el dia en que nuestros brazos se encuentren en la tormenta de la noche.
E imagino que recorro a besos el camino marcado por tus lunares,
que tus rizos se envuelven en mis manos
y tu voz pronuncia mi nombre.