Andiuz

tú me conoces, melancolía

 

A veces mi alma siente
el látigo de la melancolía
y mis esquemas rugen
al observar cercano
el nubarrón rugoso
que pretende ocultar
el rayo de mi risa.
No, no conseguirás, melancolía,
horadar el tejido
de mi calma enrocada,
porque un día te dije
que si me respetaras
podrías ser mi amiga;
tú me conoces bien, melancolía,
en mi vida no hay sitio
para ti cuando irradias
demasiada tristeza.
Si vienes como amiga,
deja en mi casa tenues
canciones de nostalgia
y deja en mi paisaje sutilezas
derramadas por mi alma.