Agobiante y frívolo sosiego
Ahogas mi barragana alma con tu ensordecedora presencia
Y es con doloroso ímpetu que aplastas mis fuerzas sin oscilar
Pocos valientes se atreven a desafiar tu enigmático andar,
Pues en tenebrosas profundidades te mantienes estoico e inmaculado
Vives y lates en el corazón de aquel que teme a tu estancia
Y es que aquella voz profunda se vuelve inmenso fervor que fulmina en inaudible alarido
Susurros casi imaginarios hieren los oídos de quién se niega a oír tus pasos…
Imperceptibles extraen memorias de dolor y despampanante dicha
Para luego punzar con rabia la herida no sanada de una vida,
De una respiración pérdida que se asfixia en el mar de tus sonoros suspiros
Sufre alma,
Sufre portadora de caos
E ilumina exasperante y adictiva
La pobre mente que sobrevive frágil y dócil bajo tu manto
Deseoso sabor,
Deseoso color
¡Una pizca de satisfacción!
Rememorar un aire ya exhalado de brillo y lentejuelas
Desborda el alma de quien te oiga
Mientras con tierna fragilidad
Me arrastro a la lucha
De una meta casi inalcanzable
Ahogado quedaras en corazón de valientes
Desdichados, valientes y carismáticos ojos
Combatirán con feroz fortaleza tu presencia
¡Para cantar en paz la tan anhelada victoria!
Objetivo sumiso y acaramelado es querer alcanzar con prudencia
La tan anhelada libertad del ser
Incubando en sí,
Frenético y apacible amor.