Si preguntas por qué lloro
cuando ves mi lagrimeo
te diré: —¡Cuándo te veo,
más de ti yo me enamoro!
Si te digo: —¡Mi tesoro…!
… y por eso hay un reclamo
y también porque te llamo,
me pondré muy impaciente
porque no serás consciente
que te llamo… —¡Porqué te amo!
Si preguntas: —¿Por qué río,
cuando siento tu mirada?
Diré que eres mi alborada
que me baña con su brío;
porque llenas el vacío
si tus ojos aparecen
y mis sentimientos crecen
esperando, vida mía,
que no cese mi alegría
si mirándome amanecen.
Si preguntas: —¿Por qué canto
y te llevo serenata?
¡Ah mujer, mujer ingrata,
nunca entenderás mi llanto!
¡Qué no ves que te amo tanto,
que mi pluma y mi tintero
escribiendo van te quiero,
con tinta del corazón!;
si no escuchas mi canción…
¡En la fría noche muero!
Y ya muerto llevaría
este sentimiento mío
como el viento que es muy frío
congelando el alma mía.
¡No provoques mi agonía,
no me pidas que te olvide
si mi corazón te pide
que anidemos en mi nido!
Solamente eso te pido,
que tu corazón valide.