Mata el Sol,
Mata la Muerte,
Mata el Alba,
Mata tu Suerte.
Insolación Indolora
que entre Grises y Aromados Jazmines,
Canta el Delirio
del Azar y la Nada.
Cumbre Borrosa de los Andes
de mi Patria
tan Gélida, tan Helada
como los Corazones
que han Muerto.
Mata el Olvido,
Mata la Ausencia,
Mata el Espacio
y el Incongruente y Desalmado
Tiempo.
Caminos y Sendas Brumosos,
Rumbos Equívocos
en la Identidad Toda
que no Admite Alguna Residencia.
Antigua Voz que Muda
se Desata
entre los Nudos y Escapularios
de mi Garganta.
Mata el Árido Desierto
en mil Ciclos de la Antigua Memoria,
entre Sándalos Dormidos
y la Materia Deleznable,
que se hace Trizas
entre los Más Álgidos
Rigores.
Mata la Vida,
Mata la Esperanza,
en el Reto que Descansa
en el Inmenso e Inasible
Infinito...
Mata,
Mata,
MATA!
(Patricia)