El tenue perfume de tu beso,
impresión de tu primer abrazo,
soñé estar en tu regazo
poder saciar el embeleso.
Sin fértiles caricias en exceso
te opacabas en mi ausencia;
por tus perdones y clemencia
de tu bello amor estoy preso.
Por el verdadero amor vivo,
el que desde muy niño concibo,
amor puro y abnegado.
Como la constancia del ave,
que va sorteando las tempestades,
aunque al subir vuele suave.