José Luis Barrientos León

Tristezas cómplices

 

Hay espacios que no son habitables,

aunque se adhieran a tu ser,

espacios sombríos y húmedos,

donde sobresalen esqueletos,

que clavan su cavidad orbitaria,

en tu mente y tus pensamientos,

como alejándote de tu cuerpo,

aunque el alma siga en él.

 

Son espacios lúgubres,

que se pasean lentamente por tu cuerpo,

y se imantan a tus huesos,

despojándote de la respiración,

y te atan con una cadena y una cruz,

pulida de tristezas

 

Espacios que se lían a los recuerdos,

mientras tu boca se sella,

y la mirada se pierde en el vacío,

en complicidad con los despojos,

que brotan entre imágenes y esquelas,

como pequeñas porciones de vida

que no se consiguen olvidar.