Amor., ¡Escúchame!
¡Amor!. ¡Escúchame! Déjame que te diga, ¡cuánto te amo! Déjame que te lo diga con el tono de mi voz, más dulce, y más mágico y seductor que pueda salir de mi boca, y decirte…decírtelo, junto a tu linda orejita, rozándote… tú hermoso, oído, decirte, que eres, lo más bello y maravilloso, de mi vida.
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Esta vida, que solo quiero vivirla para ti, esta vida que sin ti, no sería, vida, sin ti…seria tiempo perdido, Sería como el pobre ciego, que solo ve su pensamiento.
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Pero yo, además de verte, con mi pensamiento, quiero verte a mi lado, sentirte, escucharte, tocarte, besarte, si besarte, esos, dulces labios, labios, que me emborrachan, con el licor sensual, que desprenden, cada vez que rozan mi boca.
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Labios, que me hacen… sentir en el paraíso. Por eso mi amor te digo, que si existe un paraíso en la tierra, ese paraíso, esta en tus labios… si en tus labios, vida mía, en tus labios. Y si existe un mundo mejor, ese mundo ¡hay Dios mío! Hay que verlo, atreves, de tus bellísimos, ojos.
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Igual que para ver, lo más bello y natural, que hizo el creador, hay que mirar, tu lindísima cara. A ti no te hizo dios, de la costilla del hombr, a ti te hizo, de la rosa, más hermosa del edén.
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Solamente en el jardín del edén, se puede en contarse una maravilla tan increíble mente maravillosa, como, tu toda, entera tú…si, tu, mi amor…tu. Tu eres eso una maravilla mas, del mundo.
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Por eso te digo, que estar, sin ti es tiempo perdido, porque, si mis ojos no te ven, se me acaba la vida, me falta el aire, me asfixio, ¡¡¡no puedo respirar!!!
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Sin ti, no abría conocido, la alegría, de estar sumergido, en el espacio infinito. Ni abría conocido, lo hermoso, y maravilloso, que es el amor. Tampoco abría conocido, la gloria, sí la gloria, pues la gloria también se puede conocer, atreves del amor,.. Pero claro, tiene que ser tu amor, a tu lado, amor mío, a tu lado, cerca de ti, mi amor, y solo con tu amor pegado a mi piel.
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Por eso, hoy quiero decirte, todas estas cosas, y pedirte perdón, por si no, me salieron las frases adecuadas. O con el sonido, celestial. Como a mí me hubiese, gustado decírtelas, decirte palabras, que anidaren, en tu trozo de cielo llamado corazón.
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Para que puedas escucharlas, cada vez que por el motivo que sea… te encuentres… triste…para que mis palabras, te hagan, que sonrías, Y sete valla, la tristeza, y vuelvas a sentirte feliz.
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Ya solo darte las gracias, por hacerme, inmensamente feliz, y a dios… por ponerte en mi camino. Atreves de ti y de tu amor, lo encontré, también a él a Dios.
Siempre tuyo,
19/10/10 Autor: Joaquín Méndez