Amnesia.
He olvidado mi canto, mi bandera... todo obsceno prejuicio y morbo, las excusas, la verdad y las mentiras. todo se me irá escurriendo por la oreja fuera de la memoria.
Después...me truena el esqueleto y mis pistones de carne exprimen el negro jugo de mi espina dorsal... estoy produciendo tinta.
Roto y blanco se desbordará un día el río sin saliente, sin cause ni sentido.
Perpendicularmente se teje este poema, en horizontal se graban las pocas palabras secas que me quedan.
Mis letras, sortilejios que no podré escribir, se convertirán de a poco en lamentos mudos que me acuchallarán los ojos y tragaré sangre de mis labios sin poder gritar.
Ya no nombro ni a mis a padres ni hermanos, porque los confundo y me espanto...y más cosas habré de perder en el siguiente desesperante segundo.
Me contagié de gris y por las reumas que padezco en el cerebro, trato de quedarme siempre quieto.
Contemplo y paciente espero un final que no recuerdo, pero que sé que es malo por el sabor amargo que conservo.
Acicalo a mi perro viejo, cuyo nombre obviamente tampoco recuerdo y si se va él primero, lo extrañaré casi tanto como a mi abuela.
Estoy olvidando hasta el mejor recuerdo... la canción que cantaba o que tarareaba, ya no recuerdo...aquel día que te hice el amor, cuando volvia tibio y tranquilo a casa.
¡Puta madre! Puta madre ahora recuerdo...¡aterrado! que Incluso he olvidado todas las hermosas canciones que me hacian llorar.