Hacia dónde se dirigen los ojos y la mente
El orden no importa
Si uno demora en decidir más de la cuenta
O si el sueño abraza los deseos, tal vez del futuro
La perdida del sesgo
Y la pérdida de la nostalgia
La percepción se vuelve distorsión
Las formas de la profundidad son muchas
Nuestros ojos quisieran tacto
Y nuestra mente saber cómo se erigieron aquellos demonios
La atención prestada altera la realidad
La misma que se moldea por sus átomos
La mente tiene poder sobre los objetos
Y por eso los rituales importan
Y por eso nos sentamos en la mesa
Alguien lanza un guijarro con los ojos cerrados
Y éste llega hasta el fin del mundo
Pasa lo mismo con las cosas que dejamos caer
Con las lecciones dictadas a los niños
Intentar es una posibilidad
Porque en los caminos que se abren ahí esperan los maestros
La costumbre de la creación es un signo de admiración
La certeza del resultado un signo de interrogación
Nuestra mente se desplaza y se engarza al error
Y la resistencia conversa con la constancia
Nosotros decidimos qué espacio es íntimo y cuál no
Porque de lo contrario todo sería un invariable gueto