Yo no he de ser un genio.
Si acaso, un malgeniudo.
Uno que, nada más,
seguirá un primigenio
y grosero compás.
Mas, si esto que leyó,
entretenerlo pudo...
de algo entonces sirvió
lo que ha escrito este loco
con su apagado foco.
Y si soy un referente,
será de falta de mente...
¡de locura impertinente!