Si de mi baja lira
brota canción de ocaso
imitando a Garcilaso
cuando la tarde expira
será lánguido el son
que vuestra alma escucha
como una fútil lucha
en mi mudo corazón
así como se bate el mar
contra la inerte roca
batallaré el ansia loca
de vuestros labios besar
y ser ladrón furtivo
airado y caprichoso
enajenado y rencoroso
de aquel tesoro esquivo
mas mi frágil voluntad
en ocasiones flaquea
como espuma en la marea
contra vuestra beldad
y es que soy prisionero
de vuestros ojos castaños
aunque pasen los años
siempre mi amor primero
y vuestra azul sonrisa
un relámpago ágil
tan bello, tan frágil
y suave como la brisa
ay, quien no querría
navegar vuestros mares
raudo y sin pesares
ay, la indecible agonía
de que está cerca la flor
y más cerca la espina
decidme, cuándo termina
el inherente dolor
la furia del viento
dadme paz, silencio todo
quizás sea este el modo
de descansar por un momento.