Y fue aquí en este parque Donde sin buscarlo ni esperarlo sucedió en el momento equivocado la experiencia que mas anhele en mis años.
Lo deseé mucho, pero cuando ocurrió, yo ya no era el mismo. Me encantó el momento, pero durante tantos años me arrebataron la felicidad que tanto quería, y cuando te vi mirarme a los ojos fijamente, no creí merecerla ni la consideré real. Eras tú el amor que la timidez de mi infancia calló durante años. Y ese amor nació aquel día mientras tenía tu mirada recostada en mi regazo. Envidio a todos aquellos que tuvieron la dicha de sentarse y caminar por ese parque de la mano contigo, envidio a todos esos hombres que tuvieron la dicha de besar tus labios; yo me sentí afortunado porque ese día en ti había nacido el amor que el dolor ensimismado y mi timidez desgraciada callaron durante años
\"La brevedad de la vida es algo maravilloso y triste a la vez: ayer te volví a ver y hoy tú ya no estás. Me quedé con ganas de más, no dejé de pensar un solo día en lo mágico de ese momento. En este parque, tus ojos y los míos se sincronizaron. Me invitaste a bailar y me diste un abrazo que me hizo olvidar por un momento las heridas que muchas personas me causaron durante años. No quería revelarte tantos detalles, pero lo que más deseaba era ser tu amigo, tu compañero eterno, tu refugio donde pudieras ser niña, mujer. No quería perderte, pero te dejé ir pensando más en tu felicidad que en la mía, pues creí que eso haría a un verdadero amigo. Quise ser leal a ti, pues me llamaste amigo y compañero, y desde ese momento me vi siendo fiel a tu recuerdo. Pero cuánto lamento que por pensar tanto, arruiné aquello que pudo materializarse en un beso.
Te deseo la mejor de las suertes, que seas muy feliz, que te amen así como tú amas y que tengas todos los hijos y nietos que yo no puedo darte
Si existe vida después de la muerte, si es verdad que existen dioses más allá del firmamento, les pido con el alma y el corazón que me concedan la dicha de volver a verte y decirte cuánto te quiero
Prometo guardar tu recuerdo en lo más profundo de mi ser, atesorar las memorias de aquel día en que nos miramos tú y yo. Prometo hacerte la dueña de mis letras mientras me quede vida, mientras me queden años.
Te pido perdón,
Hasta siempre, Esmeralda.