Aquí sentada deshojando una Margarita,
le he preguntado ¿Será que él me quiere?
con el eco del viento me susurró, señorita,
no tengo la respuesta que usted requiere...
Pero he visto en su mirada tal desespero
que pudiéramos pensar que sí es cierto,
algo muy profundo lo hace notar sincero
bajo un manto de amor se le ve cubierto.
Emocionada pensé hacia mis adentros
que dicha saberme de esa forma amada,
le diré de esta plática en los encuentros
o al soñarlo por la noche de madrugada.
Seguido, asomó mi sonrisa muy nerviosa
esa que siempre aflora cada que lo pienso,
se ilumina mi rostro de luz esplendorosa
y acepto que nuestro palpitar es intenso.
Las flores son damiselas de los amores
guardan mudas tantos nobles secretos,
por tanto, nunca esparcen esos rumores
de quienes a veces suelen ser indiscretos.
***Omaris Redman***
Marzo 3, 2024