yito
La droga y mi niño.
Los sueños, y la alegría
que él tuviera por destino
fue dejando en el camino,
que niega el brillo del día.
A probar, su valentía
lo fue incitando la droga.
Con sutileza ella ahoga,
de su vida el renacer,
y en quimeras de placer
a su padecer prorroga.