Hace tiempo partieron los amigos
más cercanos que diera a mí esta vida,
los que han sido los únicos testigos
de una dicha que hoy siento más que hundida.
Mis recuerdos están entre mezclados;
ya no sé, ni siquiera, si soñaba...
solo sé que los siento muy preciados,
aunque a veces, yo de ellos me alejaba.
No recuerdo preciso aquellos días
en que estuve con ellos compartiendo...
mas, recuerdo las muchas alegrías
que me hicieron seguido estar sonriendo.
Hoy no cuento con esos compañeros
que a mi lado enfrentaban casi todo,
los que me iban siguiendo y que, con peros,
yo también seguiría de algún modo.
Muchas veces contemplo que un error
fue no haberme marchado allá con ellos...
yo no sé si no lo hice por favor...
o si el sino me guió con sus destellos.
He esperado, esperado y esperado...
sin estar muy seguro de por qué...
si es que fuera un retorno esperanzado...
o pensé: “en algo más me centraré”.
Mas ni el tiempo, ni el arte, ni la gente
me han lavado de todas mis heridas...
solo agregan más carga en esta frente
y añoranza a las glorias ya perdidas.
Con el tiempo, se atenúan los vestigios
que me indican que no fue una ilusión...
mas mi vida, está llena de prodigios
y, a menudo, no encuentro explicación...
Basta entonces, dar gracias al milagro
de que hallara a unos seres más que dignos;
y si hoy brindo... ¡a su nombre lo consagro!
y hasta unirnos... de nuevo por los signos.