¿Qué ha sido de mí?, ¿Será que a la muerte le he pasado desapercibido?, lo cierto es que desde que me fui de la Villa de Carreón, la vida no ha dejado de quererme, pero soy yo quien la frena en un intento desesperado para decirle en voz baja – detente – porque a diario toco la puerta para ser yo quien la abre, la soledad no ha dejado de perseguirme pero siempre ignoro un hecho tan importante, que me tengo a mí y no sé si es un castigo o es que no consigo convencerme de que ya soy mucho más grande que antes y ya no puedo seguir esquivando lo que siento.
Ahora paso menos tiempo en estado etílico por lo que me he permitido sentirme de nuevo, abrazarme de nuevo y querer devorarme porque todo me sabe a ausencia y eso me provoca hambre.
Quisiera escribir un Carpe Diem, pero la nostalgia que llega caída la noche, interrumpe mis sentidos, eso hace que mi presente se cuelgue de la soga y mi futuro se arroje por la cornisa, entonces ahí estoy yo y me digo frente al espejo en voz baja – eres lo único que tengo – entonces, ¿Qué ha sido de mí?