He vuelto mi amor,
seguro estás molesta por la ausencia
y a lo mejor he agotado tu paciencia.
Estás en tu derecho de tener rencor,
yo te comprendo a la perfección,
pero antes de que emitas un juicio en mí
y en todas mis acciones pasadas,
quiero decirte que finalmente comprendí
porque la muerte aún no me llegaba.
Y es que entre más la buscaba,
la calaca más se alejaba,
hasta que la harté y me sorprendió,
se paró frente a mí y me advirtió:
“sigue ansiando mi llegada
y me llevaré a los que más amas,
los verás irse de uno en uno
y tú sola aquí te quedarás”.
Te juro que el corazón se me paró
y tu rostro a la mente me llegó,
la parca se miró decidida y replicó:
“es la única vez que te lo diré,
hoy casi mueres y ni tu tiempo es,
aprovecha el regalo que te estoy dando
o me llevaré a tu ser amado”.
Hablamos toda la noche aquella vez,
yo aún no podía mover los pies.
Me disculpé por molestarla de más
y porque no la he sabido valorar,
le agradecí por la segunda oportunidad
y saliendo del hospital
vine corriendo a ti.
Sé que he cometido muchos errores
y que haz sufrido mis decisiones,
que cada que me desaparezco sin avisar
tú piensas que no voy a regresar,
pero aquí estoy otra vez mamá
solo no me sueltes te lo pido,
porque pese a que he vuelto
aún hay días en los que no puedo,
pero a tu lado sé que nada me pasará.