Mirta Elena Tessio

¡¡EL CÁLIZ DE UNA TARDE ANARANJADA!!

 

                             

Mordía mi almohada sin saber

si a mi lecho vendrías con tu fuego

fui el llanto que guarde donde navego

mordaz con este amor de anochecer.

 

También cerré mis alas de mujer,

la sabia sensación donde el sosiego

plegándose al suspiro yo me entrego,

y extraño con mi cuerpo ese placer.

 

Beberme de tus labios con esmero,

el cáliz  de una tarde anaranjada

y el viento llegara donde te espero.

 

Te espero con mi piel envenenada

ya que eres esa miel donde me muero

yo quiero complacerte  enamorada.