Vuelan oscuras aves sobre los campos,
tierras secas con semillas calaveras
que ambicionan una nueva primavera
que transforme en esperanza el desencanto.
Cubren sombras los rincones antes claros,
ambientes de misterios en duermevela
que parecen pesadillas en espera
a envolver al infeliz en un sudario.
Acuden infaustos hados sin perdón,
buitres que en la miseria sacan provecho
y disfrutan con la pena y el dolor.
Llaman a la puerta todos los espectros
cuando sienten el sangrar de un corazón,
que por desesperado se siente muerto.