He podido comprobar
con el paso de los años,
con el paso de mis pasos
que la vida hoy no es igual.
Todo cambia, es la verdad,
porque nada es para siempre
y lo tengo muy presente
cuando veo los paisajes
y la piel que al arrugarse
va diciendo, que envejeces.
El tiempo corre sin prisa,
la prisa solo es de humanos
que corren siempre ocupados
y luego se va la vida.
El tiempo siempre te pilla
sobre la faz de la tierra
la vida, nunca es eterna,
eterno, solo es el tiempo,
que siempre estará al acecho
para acortar primaveras.
Con los años, buen amigo,
con los años se descubre
que no es cierto el que presume
ser muy justo y fidedigno.
Con los años, lo genuino
es difícil encontrar
y es más fácil la maldad
descubrir en muchos seres
que, al saberlo no lo crees
y hasta exclamas: ¡Ah, caray!
Muy efímero es lo bueno
y escaso como lo justo.
Eternamente los busco
y es más cercano un lucero.
Nunca se cumple el proverbio:
«Que quienes buscan, siempre hallan».
Cuesta encontrar esas almas
que amen, sí, de corazón.
Lo banal prima mucho hoy
y mis versos te lo cantan.
He visto muchos que miran
pero actúan como ciegos
y con soberbias, repletos,
nada quieren que les digan.
Se quedan con su anarquía
solitarios y dolidos,
musitando el estribillo
que la lucha continúa...
Pero ya no quedan dudas
¡No cumplieron compromisos!
He podido comprobar
con el paso de los años,
con el paso de mis pasos
que la vida hoy no es igual.
Como pájaros se van
los minutos y las horas
y los años son cual hojas,
que se caen de las ramas
ya marchitas y estrujadas
desafiando las lisonjas.