Quizás no siempre fui la
palabra certera en aquel consejo;
quizás no siempre tuve el hombro
fuerte o presente en esas caídas;
y quizás, no siempre supe ser un amigo
verdadero, pero fui sincero en cada
momento que lo intenté, y si fallé,
no pido perdón, pues un amigo, pues
un amigo comprende que no hay perfección.