Carlos Eduardo

La magia de vivir (*)

 

Una niña huérfana caminaba descalza por las calles,

nada sabía,

nada aspiraba,

estaba sola,

corría a su suerte,

pero el destino la llevo a un albergue

donde la criaron,

se destacó por su belleza y gran inteligencia,

estudió ciencias, formó familia,

entregó su vida a los demás,

su espíritu vive por siempre.

 

 

(*) Para construir sueños uso una mesa con cubierta de porcelana en forma de infinito sostenida por piernas de oro y marfil.

La promesa es vivir eternamente, no es un regalo, hay que ganárselo día a día durante toda la existencia.

Amaos los unos a los otros nos dijeron, es el camino cierto, comenzando por amarse a sí mismo.